domingo, 15 de marzo de 2009

Yo voto..........27-11-2007


Cuando vaya a votar en las próximas elecciones de 2008, no sé si me acordaré de Tintín, del 11-M, de Irak, del Prestige, de la obsesión de Rajoy por Zapatero, de las banderas de nuestro país, de las actas de Crawford, de Aznar –que, por cierto, se rumorea que se separa, de ahí, quizá, su look melenístico-, de la placidez de Mayor Oreja con y en el régimen de Franco, de las 13 rosas y la Memoria Histórica, de las bufonadas de la COPE, de la ligazón de Sánchez Dragó con la muy cursilona Esperanza Aguirre, del amparo a la mujer maltratada, del primo de Rajoy y su cambio climático, de que no hay rendición ni tregua con ETA, de que Navarra no se rompe y gobierna UPN, de que siempre se ha negociado con ETA (Suárez, González, Aznar y Zapatero), de las promesas imposibles del PP de reducir impuestos para que nos saquen el dinero por otra parte, de la Iglesia Católica y su “compasión” por los homosexuales, del anticatalanismo de la cúpula dura del PP, de la manipulación de la emigración para restar votos al PSOE, de lo envidiable de un Rato desperdiciado, de las amarguras personales de un Gallardón encorsetado, de la ingrata y figurona Rosa Díez que muerde la mano que le ha dado de comer, de la victoria del PSOE en la Federación de Municipios, de un Zaplana que navega en aguas cercanas a Benidorm, de Pedro J. Ramírez manipulando los hechos del 11-M, de la Iglesia que no soporta que su milenario negocio se vaya al traste, del Rey con aplomo que pone en su sitio al burdo dictador, de un pícaro Sarkozy que se pone medallas sin obtenerlas, de un despreciable Bush que nos quiere tragar para siempre en su agujero negro, de la imposible vivienda con las inmobiliarias de toda la vida…y, sobre todo, de esa frase tan falsa de que “se vota futuro”. Políticos, asegúrenme el presente, pues el futuro es un presente tardío de 24 horas. Así, como la vida es un instante mágico de duda, el futuro de los que aseguran futuro es tan futuro como el Mesías judío que nunca vendrá.
Yo votaré al político que menos prometa, pues será el que menos me defraude. Por supuesto, no votaré por chocolates ElGorriaga, perdón, quería decir por Gabriel Elorriaga.

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