sábado, 14 de marzo de 2009

Los mártires de la mentira religiosa......Enviada a los medios el 11-11-07

Algunos hombres, siempre han traficado con la mentira de las religiones. Voltaire, que era un cerebro libre, dijo:” si Dios no existe, habría que inventarlo:” La necesidad histórica de un Dios – pura ficción del hombre para llenar artificiosamente su supuesta soledad – es hoy tan superflua como los 1.000 pares de zapatos de la corrupta Imelda Marcos. El Dios de las religiones tradicionales – judaísmo, cristianismo e Islam – fue el invento de unos pocos en detrimento de otros muchos para el control político y socio-económico de éstos últimos. Con el Dios inventado, la farsa del más allá – la trascendencia – se hizo precisa no sólo para intentar justificar la muerte sino para que se cumplieran temerosamente las reglas que cada religión imponía. La fe – simple creación cerebral del pensamiento -, es el vehículo utilizado para cimentar el engaño fraudulento, la gran estafa de esperanza hacia la Humanidad. Así las cosas, se olvidaba la solidaridad sin distinción de credo, sexo, raza, nacionalidad o afiliación política, tan necesaria en el mundo del más acá, que es el único que tenemos.
El lector, me comprenderá. Situémonos en los lugares de Dios y de sus inventores respectivamente: A) Yo soy Dios, consciente, creo al hombre, le abandono en la Tierra, siembro el pecado, y, además, de someterle al sufrimiento perpetuo, le castigo. Obviamente, el planteamiento no resiste análisis alguno, no sólo por su crueldad intrínseca sino por lo burdo de la idea divina.
B) En el plano del inventor de Dios, el planteamiento es más material, pícaro o taimado y malicioso. Como judío digo: mi Dios es el único y verdadero, seguidme todos porque soy el pueblo elegido y un Mesías vendrá. Los judíos se posicionaron los primeros y fueron más listos que los cristianos, pues dejaron a las sucesivas generaciones la venida de su Mesías al “ya te veré”. Nunca vendrá lo que no existe, por supuesto.
El Islam es una mera copia de copias que no tiene más valor por la ignorancia de la comunidad a la que se dirige.
El cristianismo, que aporta más cultura, basa en un personaje de muy dudosa existencia histórica, su manipulación. El Emperador Constantino, con visión política avezada en una Europa que avanzaba, maniobró con el Cristo de la tradición hasta obligar su culto. Después, un envidiable marketing centrado en el dinero ha hecho el resto. A la Iglesia los bienes, las limosnas a los ignorantes.
El domingo (28.10.07), beatifican a 498 “mártires”, pues la Iglesia católica, además, de continuar la tradición del invento, se toma la prerrogativa de ensalzar en el más allá – más invención especulativa - a unos que murieron sin más conocimiento del más acá. ¡Ay, si aquellos ignorantes levantaran la cabeza! Seguramente, se pasaban al budismo del redicho Sánchez Dragó o iban al radiofonista Jiménez Losantos de la COPE a pedir cuentas del engaño, por aquello de la Conferencia Episcopal. Pero ustedes, lectores que somos todos, estemos tranquilos, ya no son nada.
Seamos mejores personas en éste nuestro más acá y que nos beatifiquen con dinero y progreso antes de abandonar para siempre este bello y azul planeta desde el exterior. Viviremos más felices.

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