viernes, 13 de marzo de 2009

La Z de confianza Escrita y enviada a los periódicos el 19-10-2007


José María Aznar, manteniendo, siempre su gesto distante, mintió a la sociedad de nuestro país con lo de Irak y con lo del 11-M. Perdió la confianza de sus conciudadanos. Eso en política se paga muy caro.
Rajoy, en su calculada profesión de amor a España, no ha sido, en la oposición, capaz no sólo de desmarcarse del arrogante y mentiroso Aznar, lo cual predice una continuidad de la política del antiguo ex presidente si aquel llega al poder, sino de zafarse de un circulo contumaz de los Zaplana y Acebes, infravalorando las aportaciones más valiosas que Rato o Gallardón pudieran propiciar a nuestra política de Estado.
Zapatero, ha sido, esencialmente, sincero, coherente y con una gran capacidad de entendimiento para todos y honestidad, cualidades muy raras en un político. También ha tenido sus equivocaciones, que corrige sin el resentimiento de antañazo. Con nuestro país en la UVI de Irak, cumplió con lo que dijo, con la política social ha aportado realidad y no demagogia, con la Ley de Dependencia y otras leyes ha dado futuro a una digna parte de nuestros conciudadanos que nunca habían contado para una derecha de las formas religiosas, con la extensión de la Alta Velocidad ha facilitado la comunicación y el hacer socio-económico, con el intento de negociar con ETA para poner fin a la violencia, ha sido el único político con luz y taquígrafos, limpio con nuestros representantes en el Parlamento y congruente con una sociedad que rehúye la tragedia…

Versión Jiménez Losantos

Muy señor mío:

Sirva esta misiva como apunte necesario de la coincidencia de su Z de Jiménez con la de Zapatero.
Usted que es radiofonista y que habla también para Zamora, Zaragoza, Zarauz y otras poblaciones tan queridas, espero que comparta conmigo la belleza espacial que en su zigzag mareante producen las ondas.
Vemos, pues, que la Z produce acercamiento entre las personas y, por ende, en sus señoriales poblaciones.
Aprenda usted, querido Jiménez Losantos, que las palabras, los vocablos y las sílabas deben emplearse para la concordia y no para desunir, desinformar, confundir, cachondear, enrabietar, insultar, maldecir, envenenar, vomitar, escupir y, al final, no decir más que NADA.
Decía un lord millonario que habitó en la India, allá en el XIX, Sir Hump… “que el dinero lo es todo en tanto en cuanto no sea una víbora para los que te escuchan”.
De todas formas, pienso yo, que una persona se asemeje a una víbora no tiene más valor que la repugnante lengua que exhibe.
El complejo de la vida, cuando uno es rematadamente feo, consiste en que las mujeres que hay a tu alrededor no aprecien ni tu inteligencia.
Consultaré a Sánchez Dragó, ésta, mi reflexión, que no tiene desperdicio.
Atentamente,


Versión Sánchez Dragó

Muy señor mío:
Esperando esté usted disfrutando de su merecido descanso vacacional in fine de su cumpleaños, le suplicamos, en la distancia japonesa, que haga algo para evitar el tormento que supone la sección de Ramón Pí, el aprendiz de los periódicos. Por favor, le suplico ante la estampa de José Tomás, ese de los ruedos y de las muñecas, que, en su largo Diario de la Noche, se comente la noticia periodística a alumbrar, con el rigor, la profesionalidad, el contenido, el buen hacer y cierta facilidad de palabra, que tuvo antañazo relativamente próximo, en esa época dorada de Germán Yanke.
OTRO SÍ SUPLICO:
Que la presentadora sustituta (ya sabemos aquello que el “sustituto del sustituto no puede sustituir”), Ana Samboal, la de nerviosa sonrisa, no se enrede tanto con la información económica pues no se entera ni José Tomás, ni hasta Jiménez Losantos, el radiofonista.
¿Dónde está su gato?, me pregunto.
En éste Octubre que, melancólicamente pasa escuchando Imagine, el amor sigue siéndolo todo para mi.
Atentamente,

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