viernes, 13 de marzo de 2009

Grandeza política


Mientras pagamos la frivolidad de una liquidez financiera extrema, la visceral y soberbia señora Aguirre, que, por cierto, hasta se pone minifaldas ajustándose los pantis de moda, cierra la comisión sobre el supuesto espionaje haciendo suyo aquel dicho parlamentario que decía: “ si quieres que algo no se sepa, crea una comisión”.
Si Europa contara con una verdadera estructura de liderazgo que organizara un pensamiento europeo más allá de los pequeños conceptos nacionales, la cumbre del G-20 podría ser la del G-2 o G-4 o G-5, con una regulación efectiva de los mercados internacionales, amén de equilibrarnos con el poder norteamericano y conseguir resultados concretos que beneficien a todos. En estos momentos, a los políticos se les exige grandeza de miras.
El mismo deseo han de procurarse PSOE y PP en el País Vasco.
Ahora, Ibarretxe nos dice de la necesidad de un gobierno de coalición entre PNV y PSOE. ¿Informo a los ciudadanos de sus intenciones antes de las elecciones? No, pues, entonces, no pida lo que él no hizo.
Se hace imprescindible que el PSOE y el PP aúnen voluntades y consoliden las bases para un pacto estable con un programa consistente y que se cumpla.
Ambos partidos, legitimados por la soberanía popular, han de construir juntos políticas que beneficien a las mujeres y a los hombres que les eligieron y también a los que no les dieron su voto.
Patxi López debe liderar con auctoritas, entendido el término desde la legitimidad de la soberanía de un pueblo. Olvídese de lo mucho y sustancioso que el anterior lehendakari le ha hecho pasar. Ejerza el poder con la sabiduría del que gobierna con la convicción moral de su responsabilidad social y dirija el País Vasco sin prebendas y extendiendo la libertad para todos y para tantos que tanto la necesitan.
El PP vasco deber ser y mantenerse fiel a lo acordado, no buscar revanchas anti-nacionalistas ni pseudoconstitucionalistas y conservar su independencia frente a las consignas, dimes y diretes que de seguro le vendrán desde Madrid, pasado un tiempo.
A Ibarretxe, asumir la derrota del nacionalismo intransigente que una gran parte de su pueblo no quiere ni desea. Deje paso a otros que lo pueden hacer bien y hasta mejor y no haga mutis por el foro para zancadillear a los que gobiernan. Sea leal oposición y coopere con los demás para sacar adelante a ese gran país, el País Vasco. No sea cicatero y abandone, de una vez por todas, ese orgullo y esa soberbia que cree que forman parte de la esencia vasca.
Deseamos lo mejor a ese gran país. Políticos, es la hora de vuestra grandeza.

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